La Generación de la Resistencia y los Dinosaurios

Muchos intentaron borrar la resistencia de nuestro código genético. Nos llamaron ni-nis, la generación de las consolas, del botellón, de Internet… Nos dibujaron pasotas, mimados, con todo hecho, comido y mascado, sin algo así como la cultura del esfuerzo. Nos vistieron sin valores y con la banalidad por bandera. Nos redujeron a un personaje mal hilado, que no cuadraba ni en una serie cutre de sobremesa. Y de esa caricatura mal trazada se les emborronó una línea, y luego otra y otra, y otra más. Y los ni-nis tomaron las calles, pidieron la palabra y dijeron ya basta de descriptores, ahora nos enunciamos nosotros. Y sus yoes, nuestros yoes, se armaron desde la resistencia a ese ángulo falaz que se alzó con la fuerza de una biblia para cantar el dogma de no hay mejor juventud que la que vivimos nosotros. Y así, contra todo pronóstico somos hijos de la disidencia.

Quemados de los discursos de los dinosaurios de la Transición. Dinosaurios que siempre olvidan a esos otros que lucharon antes que ellos, que defienden la gloria de la creación de algo que ya nos dejan hipotecado y que quieren vivir siempre de las rentas de la «Heroica Transición.» Heroica y olvidadiza,  heroica y poco exigente con la memoria de aquellos cuyo nombre jamás será escrito en ninguna calle y con el futuro de esos otros que parece que deben aceptar ser la generación perdida. Pero no nos da la gana. Porque fuisteis vosotros los que os doblegasteis a Botín, fuisteis vosotros los que pretendisteis vivir de las rentas de la burbuja inmobiliaria hasta que una aguja traicionera la explotara y fuisteis vosotros los que condenasteis a nuestros muertos al olvido en la cómoda ambigüedad de la reconciliación… porque ya se sabe que el padre de la democracia fue Manuel Fraga, y resulta que ya estamos hartos de falacias, por favor llamemos a la historia por su nombre…

Nacimos  en 1989 cuando toda oposición se suponía conjurada por la palabra democracia, pero resulta que no, que nos la habéis robado. Que la palabra con la que crecimos ha cambiado, es otra, se ha vuelto perezosa y policial y así no era… No era esa la idea del 14 de abril del 31, no era la idea de Peces Barba y, por supuesto, no es la nuestra  ¿Tenemos que aceptar que esa democracia no era más que un gigante de barro, una carcasa que fingió conciliar pus y odio y enunció una bonita idea de ciudadano que hoy ya no es más que papel mojado? ¡Qué no! ¡Qué no nos convencéis! ¡Qué no nos da la gana! ¡Qué nos gusta la solidaridad y el punto de partida equitativo! ¡Qué la redistribución es nuestro lema! Por algo somos hijos de la resistencia, de esa resistencia que se pudre en las cunetas, que se cubrió de telarañas en el exilio, y que se quema en las consignas de los sindicatos… porque nos podrán quitar la palabra, la enunciación y hasta el derecho al trabajo pero nunca nos robarán la resistencia al olvido y  a las descripciones falaces… en definitiva, la resistencia a la barbarie maquillada de derecho legítimo, de modernidad, y de «progreso».  Y también hacia las cabeceras bárbaras disfrazadas de socialdemócratas…ya que no hay nada más peligroso… pero eso mejor para otro día…

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Joven= Emigración, llanto o lucha. Queremos romper esa ecuación a partir la de lucha, a partir de la enunciación. No queremos pedir la palabra, la vamos a tomar, como se toman las calles porque son esas letras resvaladizas las que nos convierte en humanos y son esos fonemas rotos los que construyen el mundo. Y nosotros queremos construir el nuestro, sin que nos roben nuestro hueco, porque España también debe tener espacio para una generación que no está perdida y mucho menos parada.

Publicado el marzo 30, 2012 en Ni perdidos ni Parados y etiquetado en , , , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

  1. Nacimos en el 89. Dando patadas a un muro de Berlín que prometía una España, una Europa y un mundo mejores. Sin embargo, otro muro se levanta ante nosotros, un muro en el que muchos antes nuestra han caído. Un mudo de hipocresía, poder, ambición, donde los ricos son más ricos y los pobres lo son mucho más. Donde la información se pierde en un mar de falacias insulsas, de mentiras que se convierten en titulares y portadas, donde el dinero es el rey y los valores el inocente. Sin embargo, nacimos con fuerza, con ganas de luchar. Quizás porque nuestros padres y abuelos son así, unos luchadores, y claro, la fuerza de la sangre no se puede vencer. Que se le va a hacer, tendremos que gritar. Porque encima hemos decido ser periodistas, plumillas, redactores, mentirosos, terroristas, sabelotodos… Todos los adjetivos para ese colectivo amado y odiado por igual. Tampoco se puede luchar contra el sino, así que aquí estamos, hasta aquí hemos llegado y con ganas de quedarnos. Puede faltarnos todo, incluso un ordenador para actualizar este blog. Lo que nunca nos faltarán serán las fuerzas para levantarnos cada día con ganas de gritar al mundo que queremos luchar, que esto tiene que cambiar, porque no somos una generación perdida. Somos el 89 y queremos que nuestra voz se oiga más que nunca, como se oyó la de nuestros padres y como se quiso callar la de nuestros abuelos. Bienvenidos a esta casa de locos soñadores, de una generación con futuro.

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